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lunes, 1 de octubre de 2012

Cuidados de la piel tras el verano

Una vez finalizado el verano, en muchos rostros, escotes y manos se evidencian los estragos de la exposición al sol durante el mismo. Es un fenómeno denominado fotoenvejecimiento, que principalmente presenta lesiones superficiales o epidérmicas (discromías) y profundas (trastornos de la dermis). Las  lesiones hiperpigmentadas  son las más frecuentes de las  discromías cutáneas. Se deben al acumulo de un pigmento de nuestra piel llamado melanina y que casi siempre se corresponden con unas lesiones superficiales llamadas léntigos que predominan en las zonas laterales de la cara, el dorso de la mano y en el escote. Suelen ser redondeadas, planas y no manifiestan síntomas como picor ni signos como crecimiento o sangrado. Esto les proporciona un carácter de benignidad necesitando en cualquier caso  una valoración médica experta para su diagnostico. Antes de recibir cualquier tratamiento debemos explorarlas correctamente, para ello es importante el uso del dermatoscopio para diferenciarlas de otras lesiones con color que aparecen en la superficie de la piel como son los nevus, entre otras.
El tratamiento puede ser físico (sistemas de luz láser o IPL) o químico (peelings, cremas inhibidoras de enzimas). Dentro de las alternativas físicas están los sistemas de luz láser (algunos muy específicos como los q-switched) y los sistemas de luz pulsada intensa que a determinados cortes (filtros) pueden tratar con satisfacción estas “manchas” superficiales.
El tratamiento consiste en la estimulación con calor de dichas lesiones debido a la potente atracción que tienen estas  por los sistemas de luz debido al color del pigmento, quienes a su vez van a producir la desaparición consecutiva de las mismas. Inicialmente se producen pequeñas costras superficiales que tras su caída  dejaran ver la piel renovada  aunque sensible por lo que debe ser cuidada minuciosamente. Es un tratamiento rápido, seguro, efectivo, indoloro y que nos permite corregir este problema en aproximadamente tres sesiones. Según sea la extensión y la profundidad de la lesión seleccionaremos un sistema láser o luz pulsada. En algunos casos la combinación de ambas nos lleva a alcanzar un mejor resultado.
Para corregir los defectos mas allá de la epidermis podemos recurrir a la estimulación con calor de las capas mas profundas de la piel. Los sistemas de Radiofrecuencia fraccionada son una buena elección así como algunos laseres llamados subablativos. Estos combaten los fenómenos de elastosis intentando revertir la perdida de proteínas estructurales de la piel como  el colágeno y la elastina dando un aspecto de alisado a la piel desgastada por el sol, recuperando el aspecto y la textura.
 Otra forma de hacerlo es con estimulación química gracias al aporte de sustancias, a través de técnicas como la mesoterapia, como  el acido hialurónico, vitaminas y sustancias homeopáticas con el objetivo de mejorar la textura gracias a la hidratación y en ocasiones al tensado de la dermis.
Debemos recordar que a pesar de no sufrir una exposición solar tan intensa como en el verano, es imprescindible el uso de factores de protección solar en nuestro medio, así como un correcto cuidado de nuestra piel incrementando el uso de sustancias hidratantes en crema y favoreciendo su mantenimiento con una correcta exfoliación periódica. Por supuesto desde la nutrición con un aporte apropiado de sustancias como los antioxidantes y vitaminas (A,C y E), así como de proteínas que son necesarias para favorecer la síntesis de colágeno y por supuesto una apropiada ingesta de agua.
El abordaje integral permitirá tener  una piel sana, tomando en cuenta que es el órgano más grande en extensión de nuestro cuerpo, por tanto merece que le prestemos la correcta atención a la hora de tomar las medidas que garanticen su bienestar.

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